Con fecha del 10 de noviembre del pasado año 2015, la Nunciatura apostólica hizo llegar al arzobispo de Santiago el pliego con el texto en latín reconociendo la "egregia labor y el afán apostólico" ("egregia opera studioque") que distinguieron el compromiso de Pepe Martínez con su parroquia de Santa María y Santiago y con el vecindario de la Ciudad Vieja coruñesa.
Siendo un joven de 20 años
se vinculó estrechamente a la parroquia de Santa María y Santiago, en la que
radicaba su domicilio. Desde entonces y hasta hace dos años, afectado por las
secuelas de un ictus, no dejó de ser
miembro activo de la acción pastoral parroquial. Dejó su impronta en todos los
ámbitos de dicha actividad.
Fue voluntario de Caritas parroquial, apoyó
personalmente, y promovió el apoyo de
otros feligreses, a Proyecto Hombre; colaboró con la animación de la obra
misionera de la Iglesia que honra a un grupo infatigable de feligreses que se
implican en ella a lo largo de todo el año y, especialmente, en las campañas del DOMUND, Jornada de la
Infancia Misionera y Vocaciones nativas.
Se implicó también en la
animación litúrgica estimulando la adscripción de los jóvenes a la Escuela de
Acólitos parroquial, que cumplió recientemente su 50º aniversario. Fue catequista de niños y adolescentes, y
acompañante, ya como miembro de los Jóvenes de Acción Católica, de los chicos
del Aspirantado. La militancia en la Acción Católica fue la motivación clave de
todo su compromiso apostólico y de su compromiso vecinal. Fue presidente del
grupo parroquial de Jóvenes de Acción Católica y posteriormente también
Presidente del Consejo Territorial de Acción Católica.
Desde esta responsabilidad
promovió una labor constante de formación: los llamados “círculos de estudios”,
conferencias, acampadas y programas de formación permanente. Tanto es así que, al lado de otros feligreses afines, fundó la Escuela de Formación del Hogar
Parroquial, al frente de la cual estuvo a lo largo de más de treinta años,
impartiendo durante el curso pastoral charlas sobre las encíclicas papales y
otros documentos del Magisterio, la Doctrina Social de la Iglesia y todos los
temas teológicos de actualidad en cada momento.
Cuando era presidente de
Jóvenes de A.C. fundó la O.A.R. (Obra Atlética Recreativa), y la vinculó
estatutariamente a la parroquia mediante la presidencia de la Acción Católica. Esta
organización promotora del deporte en A Coruña sigue viva y activa en nuestra
ciudad, aunque la evolución vital y organizativa de la Acción católica ha
diluido aquel vínculo eclesial de los orígenes. Actualmente, sin embargo,
algunos directivos de la O.A.R.
pertenecieron y se formaron en los grupos de jóvenes de la parroquia al lado de
Pepe Martínez.
Se caracterizó su labor por
la dedicación a los jóvenes, a los que ayudaba personalmente entregándoles su
tiempo con clases de matemáticas y contabilidad, y ayudándoles a preparar el
acceso a otros estudios o a las oposiciones. Esta preocupación es patente en un
detalle personal muy significativo. La persona que hoy le atiende en su casa es
una persona a quien, ya hace años, José ayudó a salir de la drogadicción y le
ofreció compartir su vivienda, no sin cierto sobresalto y recelo de algunos
amigos.
Su finura
espiritual y su buen discernimiento
cristiano lo distinguían tanto que, incluso personas y familias lastimadas por
las tensiones políticas de la posguerra, encontraron acogida, comprensión y
confianza a su lado, de modo que los resentimientos y prejuicios
antirreligiosos se desvanecían ante su testimonio.
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